21 may 2010

Anécdota #1

Hoy en la tarde antes de irme a entrenar dejé a Freya, mi perrita, dentro de la casa en lugar de afuera en la terraza, le dejé el jardín abierto en caso de que necesitara ir a hacer sus necesidades… Al regresar a mi casa, ¡vaya sorpresa que me esperaba! Abrí la puerta y lo primero que veo son platos rotos en la alfombra de la entrada, para esto no había luz en la casa desde la noche pasada, pensando que eran los adornos de cerámica de mi bisabuela, eché un grito que hasta los vecinos han de haber escuchado… Para mi buena suerte mi mamá estaba a punto de entrar cuando le dije que le recomendaba que no entrara ahorita. Freya bajó corriendo y moviendo la cola feliz de verme, hasta que se percató del desastre no sólo en la entrada sino que también en la cocina, ya al acercarme al tiradero de platos rotos me di cuenta que no eran de cerámica, sino que eran de plástico, y en la cocina bueno ya se imaginarán el bote de basura volteado y toooda la basura regada por todo el piso. Llevé a Freya al lugar del crimen y la regañé como era debido, Freya me volteó a ver como en busca de esperanza y con una cara de ¡yo no fui, lo juro!, luego de esto la subí a la terraza con la cola entre las patas y la dejé ahí encerrada, donde se quedó acostada con la cabeza agachada. Al regresar a la cocina y la entrada, y ver todo lo que tendría que limpiar a la luz de las velas… me eché a reír… claro que mi mamá entró, vio el desastre y se fue otra vez. P.D. Esta es una de esas historias que me matan de la risa… pues son tan predecibles pero al mismo tiempo tan espontáneos que no queda más que reírse. Es corta pero quizá pronto escriba alguna que otra anécdota de mi perrita Freya. P.D.2. Me encantaría haber tomado fotos pero lamentablemente mi cámara no la tenía conmigo.

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